“LO OPUESTO UNA MISMA INTENCIÓN”
Ciudad concreto, encubridora de sonidos exóticos tan repetitivos que llegan a parecernos normales, maquinas, vehículos, alarmas, el ruido de un disparo. Ciudad aniquilante que nos disminuyes para convertirnos en polvo algún día.
Asfixiados de manías, paranoias y temores hacemos pinplinear el cincel y el martillo como sonido ancestral capaz de esenciarnos al grado más ingenuo del ser humano.
Buscamos bajo la rigidez, bajo la dureza de las texturas de lo pétreo; la belleza o solo un gesto que pueda justificar o al menos pueda llegar a ser un acto sin sentido que de alguna manera nos hacer que a la vida, al hombre.
Fedra Palacios.
Nuestras paredes, imaginarias, transparentes, tan ocultas, están allí, difíciles de traspasar, son los obstáculos más temibles, es el reto que a viva la llama interna, las ideas se confunden en el espacio, es la eterna búsqueda de centralizarse en un punto armonioso del universo.
Maritza Piñango Rojas.
Ciudad concreto, encubridora de sonidos exóticos tan repetitivos que llegan a parecernos normales, maquinas, vehículos, alarmas, el ruido de un disparo. Ciudad aniquilante que nos disminuyes para convertirnos en polvo algún día.
Asfixiados de manías, paranoias y temores hacemos pinplinear el cincel y el martillo como sonido ancestral capaz de esenciarnos al grado más ingenuo del ser humano.
Buscamos bajo la rigidez, bajo la dureza de las texturas de lo pétreo; la belleza o solo un gesto que pueda justificar o al menos pueda llegar a ser un acto sin sentido que de alguna manera nos hacer que a la vida, al hombre.
Fedra Palacios.
Nuestras paredes, imaginarias, transparentes, tan ocultas, están allí, difíciles de traspasar, son los obstáculos más temibles, es el reto que a viva la llama interna, las ideas se confunden en el espacio, es la eterna búsqueda de centralizarse en un punto armonioso del universo.
Maritza Piñango Rojas.
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